Negar el éxito de Ragnarok Online en los primeros años del siglo XXI no sería más que evadir una de las grandes verdades del mundo MMORPG, tan ciertas como el también increíble éxito de World of Warcraft o Lineage II por épocas similares o el duro fracaso de Aion, llegando a convertirse en Free to Play al cabo de varios años.
No se trata de una de esas verdades subjetivas y que
dependen del ojo con que se las mire, sino de la propia historia del
género, llegando a convertirse en uno de los juegos más jugados de aquel
entonces, no sólo contando con los jugadores oficiales, sino además con
centenares de servidores privados albergando miles y miles de jugadores
a lo largo del mundo, creando una de las comunidades más ampliamente
segmentadas de la época.
Debido a esta grandiosa fama, siempre ha existido el intento de volver a reunir la esencia que Ragnarok Online guardaba en su interior y actualizar
muchos de sus aspectos ya parcialmente obsoletos para conseguir de una manera simple
y sencilla la gran comunidad del juego original, esta vez más controlada, con todos los ingresos
que esta gran cantidad de usuarios conlleva.